El impacto conjunto de la pandemia y de la próxima entrada en vigor de la ley de general de protección de datos personales (LGPD) en Brasil impulsa con fuerza la demanda de seguros contra riesgos informáticos por parte de las empresas.
Desde el mercado se descuenta una importante intensificación en la demanda de estas coberturas no sólo por las varias multas que se establece para empresas que no cumplen con los requisitos de protección de datos o que ven datos de sus clientes expuestos, sino también porque por las medidas de confinamiento y el trabajo en remoto de gran parte de los empleados, el uso de la tecnología crece de forma muy significativa y con ello los riesgos cibernéticos asociados.
Asimismo, desde el sector los expertos alertan que el nivel de exposición a ataques informáticos de una red de empleados que trabaja cada uno desde su casa es muy superior al que una gestión centralizada tradicional de oficinas puede implicar. Para mitigarlo es necesario que las empresas tomen medidas y que sus empleados trabajando en home-office sean capacitados adecuadamente para no exponer información sensible ni datos de clientes a eventuales ataques.
Por otra parte, proveedores de tecnología para el sector asegurador están trabajando contra reloj en nuevas soluciones de gestión de contratos y pólizas con esquemas virtuales, servicios en línea para atender siniestros, realizar inspección o consultas en general de los asegurados y productos para que mediante software se pueda identificar nuevos perfiles de consumidores y potenciales, sin exponer datos a ataques o vulnerabilidades.
La intensificación del uso de tecnologías (y por ende el mayor riesgo cibernético) se observa también en compañías de seguros medianas o brokers pequeños y medianos, menos automatizados en general que los grandes jugadores que apuestan por herramientas informáticas de productividad para poder competir (o por lo menos lograr operar) en este nuevo entorno.
Las aseguradoras necesitan imperiosamente informáticas que las diferencias de la competencia y garantizan un mejor servicio para el usuario final, pero que simultáneamente brinden un entorno seguro para la operación de sus empleados y clientes soluciones frente a la creciente amenaza de ataques informáticos.
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